¡¡¡Siembren harto!!! Me dijo un señor que conocí en el transporte público al despedirse.
Los abuelos saben qué tan duro y menos preciado es sembrar. Y también qué tan importante.
Las tierras de cultivo son abandonadas. Las lluvias cada vez son más escasas.
Pero también somos cada vez más los que abandonamos las ciudades y los que sembramos hortalizas en casa.
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